EFICIENCIA AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD

Hay una gran tendencia en asociar la eficiencia al sistema capitalista y es más en asociar los conceptos eficiencia y rentabilidad a la "avaricia". Para mi, entre otros, nada mas lejos de esto.

Al igual que aplaudimos las medidas enfocadas a la eficiencia energética (coches híbridos, electrodomésticos clase A,...) deberíamos apoyar la búsqueda de la eficiencia empresarial. Cual es mi asombro que el primero en "castigarla" es el propio gobierno que, lejos de premiarla (al igual que los coches híbridos, o el cambio por electrodomésticos mas eficientes) en el mejor de los casos la ignora y, en pocos casos la impulsa o la anima mas allá de los discursos vacuos del político de turno que desde el pulpito electoral, erige grandes frases con estos conceptos.

Nuestra cultura "católica" no ve con buenos ojos el triunfo. Este concepto se ha arraigado en exceso en la sociedad española y de ahí, que la excelencia es vista con recelo, crítica e incluso desprecio, sin olvidar la "envidia cochina". De ahí que cualquier proceso que busca el incremento de la eficiencia y de la maximización de nuestras capacidades (que en la empresa conlleva beneficios) está "mal vista". Los mal llamados "agentes sociales", el propio gobierno (tal y como he mencionado) y el propio entorno empresarial (este puede que mas por envidia que otra cosa) siempre esgrimen "excusas simplistas" ante una demostración fehaciente de eficiencia empresarial.

Comentarios del estilo "vete tu a saber..." o "seguro que es un explotador..." o "algo malo habrá hecho..." o tantos otros comentarios que cientos de veces hemos escuchado, son los que presiden cualquier relato exitoso de una eficiencia empresarial. En conclusión, el éxito empresarial no está bien visto.

Lo que no nos damos cuenta es la enorme responsabilidad social que tiene un empresario o una organización que no hacen todo lo humanamente posible por alcanzarlo. Desde implicaciones tan sencillas como la generosa remuneración que puede aplicar una organización rentable, hasta su aportación por los consumos a sus proveedores o en pago de sus impuestos, son algunas formas de contribuir con la sociedad. Pero de esto nos olvidamos a la hora de emitir comentarios infundados y que rezuman envidia e incapacidad de imitar dicho éxito.

Pero creo que es hora que la clase empresarial y por supuesto el sector público entiendan la importancia y el compromiso social que tienen obligación de cumplir. Un empresario que abre una empresa crea una expectativa en su entorno y debería crearla ante las instituciones públicas que le rodean. Unas expectativas de crear empleo, riqueza, consumo, bienestar, impuestos,... Su obligación es cumplirlas. Por otra parte, las instituciones u organismos gubernamentales también crean (no solo en elecciones) grandes expectativas: su función es para con la sociedad. No pueden defraudar a sus "clientes" despilfarrando recursos y no buscando la eficiencia.

Es hora de obligarnos a ser excelentes, eficientes y rentables. Para con nosotros mismos, para con nuestras organizaciones y, por supuesto para la sociedad; no solo nuestra sociedad cercana, porque no nos olvidemos que el mundo es cada día más pequeño gracias a las herramientas de comunicación existentes. Tenemos que ser excelentes para recabar recursos para ayudar al resto del planeta primero en comer, pero al fin y al cabo es permitirles acceder a la pirámide de Maslow. Todo individuo tiene derecho a realizarse y obligación en ayudar a los demás a hacerlo.
¿No estáis de acuerdo conmigo en que tenemos la obligación de ser eficientes? Apoyaros en los valores que tengáis, no me importa que sean religiosos o sociales, e incluso en el egoísmo de que así estaréis mejor, pero por favor haced algo por ser mas eficientes y para pedir a vuestros proveedores, de servicios, productos o gobiernos a que lo sean, caso contrario, estaréis malgastando vuestro dinero, despilfarrando recursos y siendo altamente ineficientes. Decide a que quieres contribuir: ¿a la eficiencia o a la ineficiencia?

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