INFORMACIÓN VERSUS COMUNICACIÓN
Creo que llevamos mucho tiempo confundiendo estos dos conceptos. De hecho creo que parte de este error parte desde el momento en que cambia la importancia de la información en nuestra sociedad.
Recuerdo que hace veinte años, teníamos la sensación que la información era el poder: quien tiene la información, tiene el poder, tiene valor. Es más, en las universidades y en los colegios nos incidían especialmente en la importancia de la información. De hecho, para obtenerla tenias que bucear en bibliotecas y en cientos de libros, tomando decenas de hojas de apuntes, subrayados o con notas marginales en color rojo, para retener mediante nuestro tuco particular, la mayor cantidad de esa información. Estábamos obsesionados por conseguirla, por conocerla de memoria.
Gracias a Dios hemos evolucionado. Me explico: la información o mejor dicho, gran cantidad de información, está al alcance de casi cualquiera. Internet, bases de datos a precios razonables, hemerotecas, bibliotecas, millones de resúmenes, .... La información ha perdido ese velo de misterio que tenia, ha perdido parte de su valor. Y digo que hemos evolucionado ya que hoy primamos la capacidad de gestión y proceso de la información, el saber qué hacer con ella, cómo utilizarla.
De ahí, todos los servicios anexos que han surgido en torno a la información y su tratamiento, han ido ganando importancia y tomando "sus partes de mercado". Hoy falta tiempo, pero esto será objeto de otra reflexión. Pero estos nuevos servicios (algunos no tan nuevos y solo una evolución de servicios ya existentes) vienen a cubrir una necesidad, en respuesta al cambio de valor de la información per sé. Ya no son un bien escaso al alcance de unos pocos, por lo que hemos la hemos masificado y, como todo lo masificado...
Si, la información al masificarse, tanto en su capacidad de difusión, como en la capacidad de generación, han perdido (en muchos casos, pero no en todos) calidad, rigor y sobretodo selección. De echo, ahora informamos de temas que hace unas décadas hubiesen sido despreciados: desde la salida a un bar de copas de un camarero que salió con la ex novia de un chico que salió en un reality, hasta los avances en la investigación contra el sida. Señores... no podemos comparar, ni debemos, pero posiblemente la primera noticia ocupe más centimetros cuadrados en las pantallas de los medios en Internet o en las revistas del cotilleo, que el segundo en los llamados medios serios.
Pero quiero volver al título. ¿No se confunden muy a menudo la información con la comunicación? Yo entiendo la información como algo estático, unidireccional y presuntamente objetiva o imparcial; se pretende que haya un receptor de la misma pero... puede ser un mero brindis al sol. Por otra parte, la comunicación implica la adaptación del mensaje al receptor, así como una presunta interacción o respuesta por la otra parte. Reconozco que es mi interpretación de estos dos términos ya que en el diccionario de la RAE si contempla receptor en la segunda, no así en la primera, pero no permite interpretar lo que aquí apunto. Por otra parte, mino el concepto de medios de comunicación en aquellos que solo conciben su papel emisor con el lector. Yo prefiero llamarlos medios de difusión o información.
Creo firmemente en la necesidad de ir desarrollando el concepto comunicación en nuestra sociedad. Tememos medios tecnológicos capaces de permitir esa interacción y ese intercambio de papeles entre emisor y receptor, ese enriquecimiento del mensaje mediante sumas, matices y contrastes de las partes que intervienen y, lo principal es que tanto emisor como receptor tienen un papel activo en el intercambio.
Creo firmemente en la importancia de entender nuestra labor activa y de enriquecimiento de las opiniones y de las diferentes visiones y percepciones que tenemos del mundo. Las interminables tertulias de cafés van dejando lugar a la comunicación por vías como ésta. Es cierto que la comunicación cara a cara es más rica (le vemos la cara, los gestos, ... a nuestro interlocutor) pero, ahora podemos comunicarnos con un espectro mucho mayor de personas muy distantes de nosotros y que nos pueden ayudar a ampliar nuestra visión y percepción del mundo y de los hitos cotidianos a los que nos enfrentamos.
¿No sería un desperdicio no aprovechar esta oportunidad? Creo que sí. Aunque tal y como apunté antes hemos banalizado los medios (hace treinta años no me hubiesen publicado estas líneas en ningún medio) tenemos que aprovechar esta oportunidad. Antes solo "comunicaban" unos pocos "sabios" (espero se capten mis "ironías") sobre grandes temas o grandes ideas, ahora podemos compartir pequeñas reflexiones sobre pequeñas cosas cotidianas que nos son comunes a millones de personas.
Con todo respeto quisiera desmitifiquemos a los comunicadores del pasado. Desde que el mundo es mundo, ha habido líderes de opinión, artistas y gente con talento. No obstante, desde el mismo momento que el hombre empieza su papel en la tierra, hay el mismo porcentaje de genios, personas con talento, líderes, personas corrientes e impresentables que hoy en día. La única diferencia es que hoy, gracias a la intervención de los medios, sabemos más de la existencia de todos y, como las corrientes e impresentables somos mayoría... Impresentables, estúpidos, pervertidos y los denominados en el sur como "mala gente" siempre ha habido. No hemos de subir a los altares a todos los escritos del pasado, algunos son tan impresentables como las bazofias que puedan publicarse ahora. Cierto es que ahora resulta más fácil publicar (como ya he indicado) pero a su vez, él numero de receptores potenciales se ha visto incrementado potencialmente.
Ya para concluir esta verborrea ininteligible, plagada de sandeces para algunos y con algún apunte que espero sea del interés de quien ha llegado has estas líneas... ¿No es mejor participar en la comunicación que ser mero consumidor de información? ¿No es mejor saber procesar que solo tener datos? Si estáis de acuerdo, haced esfuerzos para aplicarlos en vuestras vidas cotidianas: desde la familia, hasta el trabajo pasando por los amigos y, porqué no, dejando vuestro comentario en algún blog.
Recuerdo que hace veinte años, teníamos la sensación que la información era el poder: quien tiene la información, tiene el poder, tiene valor. Es más, en las universidades y en los colegios nos incidían especialmente en la importancia de la información. De hecho, para obtenerla tenias que bucear en bibliotecas y en cientos de libros, tomando decenas de hojas de apuntes, subrayados o con notas marginales en color rojo, para retener mediante nuestro tuco particular, la mayor cantidad de esa información. Estábamos obsesionados por conseguirla, por conocerla de memoria.
Gracias a Dios hemos evolucionado. Me explico: la información o mejor dicho, gran cantidad de información, está al alcance de casi cualquiera. Internet, bases de datos a precios razonables, hemerotecas, bibliotecas, millones de resúmenes, .... La información ha perdido ese velo de misterio que tenia, ha perdido parte de su valor. Y digo que hemos evolucionado ya que hoy primamos la capacidad de gestión y proceso de la información, el saber qué hacer con ella, cómo utilizarla.
De ahí, todos los servicios anexos que han surgido en torno a la información y su tratamiento, han ido ganando importancia y tomando "sus partes de mercado". Hoy falta tiempo, pero esto será objeto de otra reflexión. Pero estos nuevos servicios (algunos no tan nuevos y solo una evolución de servicios ya existentes) vienen a cubrir una necesidad, en respuesta al cambio de valor de la información per sé. Ya no son un bien escaso al alcance de unos pocos, por lo que hemos la hemos masificado y, como todo lo masificado...
Si, la información al masificarse, tanto en su capacidad de difusión, como en la capacidad de generación, han perdido (en muchos casos, pero no en todos) calidad, rigor y sobretodo selección. De echo, ahora informamos de temas que hace unas décadas hubiesen sido despreciados: desde la salida a un bar de copas de un camarero que salió con la ex novia de un chico que salió en un reality, hasta los avances en la investigación contra el sida. Señores... no podemos comparar, ni debemos, pero posiblemente la primera noticia ocupe más centimetros cuadrados en las pantallas de los medios en Internet o en las revistas del cotilleo, que el segundo en los llamados medios serios.
Pero quiero volver al título. ¿No se confunden muy a menudo la información con la comunicación? Yo entiendo la información como algo estático, unidireccional y presuntamente objetiva o imparcial; se pretende que haya un receptor de la misma pero... puede ser un mero brindis al sol. Por otra parte, la comunicación implica la adaptación del mensaje al receptor, así como una presunta interacción o respuesta por la otra parte. Reconozco que es mi interpretación de estos dos términos ya que en el diccionario de la RAE si contempla receptor en la segunda, no así en la primera, pero no permite interpretar lo que aquí apunto. Por otra parte, mino el concepto de medios de comunicación en aquellos que solo conciben su papel emisor con el lector. Yo prefiero llamarlos medios de difusión o información.
Creo firmemente en la necesidad de ir desarrollando el concepto comunicación en nuestra sociedad. Tememos medios tecnológicos capaces de permitir esa interacción y ese intercambio de papeles entre emisor y receptor, ese enriquecimiento del mensaje mediante sumas, matices y contrastes de las partes que intervienen y, lo principal es que tanto emisor como receptor tienen un papel activo en el intercambio.
Creo firmemente en la importancia de entender nuestra labor activa y de enriquecimiento de las opiniones y de las diferentes visiones y percepciones que tenemos del mundo. Las interminables tertulias de cafés van dejando lugar a la comunicación por vías como ésta. Es cierto que la comunicación cara a cara es más rica (le vemos la cara, los gestos, ... a nuestro interlocutor) pero, ahora podemos comunicarnos con un espectro mucho mayor de personas muy distantes de nosotros y que nos pueden ayudar a ampliar nuestra visión y percepción del mundo y de los hitos cotidianos a los que nos enfrentamos.
¿No sería un desperdicio no aprovechar esta oportunidad? Creo que sí. Aunque tal y como apunté antes hemos banalizado los medios (hace treinta años no me hubiesen publicado estas líneas en ningún medio) tenemos que aprovechar esta oportunidad. Antes solo "comunicaban" unos pocos "sabios" (espero se capten mis "ironías") sobre grandes temas o grandes ideas, ahora podemos compartir pequeñas reflexiones sobre pequeñas cosas cotidianas que nos son comunes a millones de personas.
Con todo respeto quisiera desmitifiquemos a los comunicadores del pasado. Desde que el mundo es mundo, ha habido líderes de opinión, artistas y gente con talento. No obstante, desde el mismo momento que el hombre empieza su papel en la tierra, hay el mismo porcentaje de genios, personas con talento, líderes, personas corrientes e impresentables que hoy en día. La única diferencia es que hoy, gracias a la intervención de los medios, sabemos más de la existencia de todos y, como las corrientes e impresentables somos mayoría... Impresentables, estúpidos, pervertidos y los denominados en el sur como "mala gente" siempre ha habido. No hemos de subir a los altares a todos los escritos del pasado, algunos son tan impresentables como las bazofias que puedan publicarse ahora. Cierto es que ahora resulta más fácil publicar (como ya he indicado) pero a su vez, él numero de receptores potenciales se ha visto incrementado potencialmente.
Ya para concluir esta verborrea ininteligible, plagada de sandeces para algunos y con algún apunte que espero sea del interés de quien ha llegado has estas líneas... ¿No es mejor participar en la comunicación que ser mero consumidor de información? ¿No es mejor saber procesar que solo tener datos? Si estáis de acuerdo, haced esfuerzos para aplicarlos en vuestras vidas cotidianas: desde la familia, hasta el trabajo pasando por los amigos y, porqué no, dejando vuestro comentario en algún blog.
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