HOY CUMPLE AÑOS LA SUPERACIÓN


Hoy es el aniversario de una gesta que creo todos coincidimos en que ha superado lo meramente deportivo. Por unas horas todos olvidamos la crisis que nos azotaba, las diferencias territoriales y el desolador panorama político y económico general, para creernos que, como dijo Obama, “yes we can”.

El pequeño detalle es que pudieron un puñado de jóvenes bien liderados por un hombre experimentado, cargado de sapiencia, temple y sentido común que, consciente que no habían hecho un mundial “bonito”, si habían conseguido, hasta la final, el objetivo. De esa forma remataron la faena como Dios manda y… ganaron. Pero que quede claro, aunque digamos que “ganamos” los que ganaron fueron ellos. Por nosotros, con nuestro aliento,…. Pero los que sudaron y pelearon fueron ellos. Los que no se lo creyeron hasta que no alzaron la copa, fueron ellos, los que lograron ese milagro de la “amnesia” colectiva fueron ellos.

A mí me da que pensar. ¿Porqué no somos capaces de forma individual de “jugar” con la misma” eficiencia” que la selección? ¿Por qué nos arrugamos nada más ver el tamaño de la gesta en lugar de crecernos motivándonos por lo que su superación supone? Para mí el ejemplo de estos chicos no es una cuestión nacional o partidista. Para mí es una cuestión de afrontar los retos, superarlos y crecer sin creernos más hombres (sentido genérico) por ello. Ya lo decía Rudyard Kipling en sus versos de “Si” al que me permito citar:

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en tí mismo cuando los demás dudan de tí,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduria...

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso (desastre)
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...

Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice "!Continuad!".

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.

No estaría de más que todos leamos, una vez por mes, estos hermosos versos que nos demuestran que, ser un hombre es saber ganar y saber perder, saber estar de pié y levantarse, y sobretodo guardar nuestro espíritu sin que las vicisitudes agrieten nuestros principios. El poema se llama “Si” (“If”) es un condicional, para adquirir la categoría de hombre hay que… saber serlo.

Ojalá la gesta de la selección nos permita tener más presente la importancia de superar retos y la fuerza que nos da superarlos: por unas horas, nos olvidamos de todo. ¿Qué no darían los griegos o los portugueses por una gesta que les alegrase un día?

“A por ellos”, los retos, que son menos y no podrán con nosotros.

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