FIDELIDADES MAL ENTENDIDAS



En Argentina, tras la dictadura militar, más de uno se salvo con la “ley de obediencia debida” y tras esa “ley” se escudaron sádicos y crueles elementos que desprestigian la raza humana. Pero no hemos de enfocar nuestra mirada ni tan lejos en el tiempo ni en el mapa.




Estamos rodeados de personajes que se escudan en fidelidades con interpretaciones dudosas para esconder cobardía, amiguismo o incluso miedos a no sé qué. Hace no demasiado recuerdo un conocido como me confesaba su decepción ante la actuación de “amigos” ante su declive en el poder. Yo mismo hace unos años saboree la traición de un “presunto amigo” que no lo era mío, pero sí del poder que detentaba. En el mundo de la empresa, hay pocos amigos. “Nothing personal, just business” dicen los ingleses y pocas frases son tan ciertas. Esto no quiere decir que no pueda haberlos, pero no por ello dejan de ser los menos, como en todas las facetas de la vida: amigos, lo que se dice amigos, pocos.



Pero volviendo al tema, lo cierto es que el mundo empresarial está plagado de “personajes” que buscan el calor del poder y por mantener su “área de confort” son capaces de todo, eso sí, en nombre de la fidelidad, de la lealtad y la amistad. Perdonadme pero solo me sale un exabrupto: ¡una mierda! Estas personas no hacen más que arrastrarse por mantenerse y ni saben el valor de la lealtad, ni la fidelidad y menos aún de la amistad. Son traidores en potencia; traidores que, tan pronto perdamos el atractivo del poder, nos darán la espalda y despotricarán de nuestras acciones. Personas sin valores, vacías y muy, pero que muy débiles.



No hay que confundirse, un líder que se precie no busca amigos, que si los encuentra mejor que mejor. Lo que busca es personas con principios, dignos de confianza, leales a los objetivos y valores de la empresa (es decir de socios, trabajadores y clientes) y sobretodo que se comprometan con el proyecto. No valen las personas que no aportan, que están a disgusto pero… como no hay nada mejor… Personas conscientes de sus limitaciones y que niegan a la empresa y a ellos mismos la posibilidad de sorprender superándose y dando lo mejor de sí mismos para ser un valor real de la organización. Valor por sí mismos, no por la información (que por cierto es de la empresa, no de ellos) por el valor que aportan y por su capacidad de trabajo en equipo generando riqueza, bienestar, satisfacción y mejora constante.



Por eso aplaudo y agradezco a todos los colaboradores que he tenido a mi lado que han sabido y saben lo que es la fidelidad, la lealtad y el valor. Colaboradores gracias a los que he logrado grandes resultados y que me han ayudado a minimizar mis errores. Personas que en algunos casos han llegado a ser amigos, pero que en todos son profesionales ricos en valores, que se superan día a día y que te ayudan a superarte. Personas cuya fuerza emana de la honestidad con la que afrontan la vida. Esas son las personas que nos harán superar todas las tempestades que se nos presenten.



Fidelidades mal entendidas son aquellas que harán más pequeños y débiles a quienes las practican y más grandes a los que las rehúyen.



¿Eres fiel?

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