PRESENTE, PASADO Y FUTURO
“En un futuro infinito, viviremos en un eterno presente, olvidando
nuestro pasado y deseando nuestro futuro.”
Esta frase tan absurda como pretensiosa, la escribí cuando tenía 13
años junto con un compañero de clase. No soy capaz de reproducir lo que
realmente pretendía decir entonces, han pasado demasiados años, pero si empiezo
a verle encontrarle cierto sentido. Ese sentido que le da la experiencia a las
cosas, los prejuicios acumulados durante décadas y la acumulación de
conocimientos que nos alejan de la simplicidad, coherencia y sentido común
innatos en la naturaleza.
Lo que está claro es, que sin ser Nostradamus, ya predije en mi
sentencia una realidad actual. Vivimos en un “eterno presente” presidido por la
inmediatez, la falta de reflexión y la automatización de nuestras decisiones. Proceso
que podría conducirnos a dejar que sean los ordenadores quienes gestionen las
decisiones por nosotros ya que parece que nosotros mismos omitimos el valor añadido
de la persona que está detrás de cada decisión. Persona que es capaz de
matizar, discernir, sopesar y valorar todos y cada una de las variables a tener
en cuenta en una decisión.
Pero volviendo al “eterno presente” en donde obviamos la experiencia
vivida, el aprendizaje producto de los errores pasados, la apuesta por el
futuro, la historia que nos ha llevado a donde estamos… Pretendemos vivir en
una “foto fija” en donde nos perdemos la gracia del movimiento, la fuerza de la
vida y el acicate de la pasión. No tenemos en cuenta ni el pasado ni las
consecuencias de las decisiones lo que nos hace cometer el mayor error de nuestras
vidas: no construir el futuro.
Ya he hecho mención al olvido persistente del pasado, de la historia. Esto
no significa que tengamos que prolongar el pasado o repetir sus errores que,
por consolidación se convierten en tradición. Esto significa que tenemos que
mantener una cierta perspectiva que nos aporta la historia, el camino
recorrido. No podemos pretender tomar decisiones sin la perspectiva del pasado
y la proyección del futuro.
Pero no podemos confundirnos al desear el futuro; un deseo sin
trabajo, sin un proceso constructivo es un mero castillo en el aire. De ahí que
sea tan importante tener la visión dinámica del proyecto para poder construir y
preparar el futuro; pero no olvidemos que la preparación empieza por uno mismo.
Tenemos que estar abiertos a buscar nuevas soluciones para nuevas situaciones,
habrá que estar equipado con grandes dosis de flexibilidad y capacidad de
adaptación a los nuevos escenarios.
Sacando el “argentino” que llevo dentro, podría achacar a mi “talento”
la capacidad de visión que tuve hace 35 años; pero creo que es más fuerte mi
capacidad de disertar sobre una frase absurda que presidió mis carpetas hace
tantas décadas. Pero lo cierto es que nuestra mala gestión del presente, pasado
y futuro, nos están creando grandes problemas sobre lo que filósofos de la
talla de Daniel Innerarity reflexionan de forma mucha más versada y docta de la
que yo soy capaz.
Gracias por hacerme parar a pensar un rato, es lo que tienes, y además hoy me animo a escribir y afirmar que sí, que “Yes we can” , que hemos de saber pararnos a pensar. Leí el otro día a alguien que decía que no nos hemos de sentir mal porque a veces en un día de trabajo estés un rato “sin hacer nada”, simplemente mirando el techo, poniéndote algo de música agradable y aprovechar para reflexionar sobre lo que dices. Sigue “comunicando”
ResponderEliminarAlvaro