MIS QUERIDOS COLLITOS
Tras
más de dos meses de espera, ayer fue el día D y la hora H. Muchos de nosotros
no nos habíamos visto en 34 años; compañeros de clase de la infancia y
adolescencia nos dimos ayer cita para compartir, por unas horas, momentos de
nuestras infancias, anécdotas de niños y despertares de adolescencia.
Comentaba
con uno de los organizadores que era sorprendente como la vida nos ha ido
llevando por derroteros bien distintos, pero los más de cien ojos que anoche
nos dimos cita estaban cargados de emoción, vivencias y aventuras varias. La
mayoría reconocible por sus rostros y rasgos y algunos tan solo por sus gestos
para mi; cierto es que no he sido amigo de todos, pero mi grupo de amigos
seguían allí, moviéndose, riéndose y hablando de la misma manera.
Fue
muy emocionante descubrir lo importantes que han sido en mi vida y como han
intervenido en la formación de mi persona; no menos emocionante ha sido re
descubrir sentimientos de amistad y cariños por aquellos compañeros y amigos
que me acompañaron en mis horas de patio, mis pellas y mis primeras salidas
nocturnas. Personas a las que descubres que, a pesar del paso de los años,
quieres de verdad y seguirías haciendo tonterías y locuras por ellos. De
algunos cariños siempre he sido consciente y nunca dejaré de pensar en él los
27 de abril, si me lee, sabe que hablo de él. Un valioso amigo de mi infancia
que, por circunstancias de la vida nos separamos físicamente pero igual que él
ha estado presente en mi vida, creo haberlo estado en la suya.
No
puedo olvidar una compañera de pupitre que fue inseparable y con la que
compartimos horas gloriosas que echaba de menos desde que nos despedíamos por
la tarde hasta que veía su sonrisa aparecer por los pasillos la semana
siguiente; una amiga tan especial que, con 16 años hablamos cual adulto que, si
pasábamos la frontera de la amistad, romperíamos una relación mucho mas
profunda y valiosa que era nuestra amistad. Pero tampoco olvido a ese compañero
desgarbado, tímido y tierno que se ha convertido en un hombre con criterio que
mantiene la frescura de su sonrisa, a parte de estar igual el muy capullo, y me
da la sensación de haberlo dejado hace 24 horas en la puerta del cole.
Me
he encontrado con tantas vidas intensas como personas que nos reunimos; hombres
que han recorrido mundo y han vivido peligrosamente, otros que han tenido que
luchar (y siguen luchando) por sus metas e ideales, mujeres de una fuerza e
integridad envidiables, cuya belleza ha aumentado con el paso de los años y que
la vida ha marcado sus caras e intensificado sus miradas de una forma
milagrosa. Haber participado en una pequeña parcela de todas esas vidas se me
antoja emocionante, en el fondo es un privilegio que nadie podrá arrebatarme.
Ayer
es como si hubiese encontrado sentido a mi infancia, a mi adolescencia, a parte
de los duros recuerdos que guardaba de ella. Son ellos los que me han arrancado
sonrisas al verlos deambular en la sala bailando, hablando, todos con la
sonrisa en la cara y una ilusión sincera, real y profunda. En varios momentos
salí mentalmente de la fiesta para, desde una distancia cual espectador,
disfruté de esas coreografías, de esas sonrisas y miradas cómplices de mi
adolescencia que volvían a estar allí, delante de mí, como si el tiempo no
hubiese pasado, como si volviese al pasado.
Ha
sido brutal! Reconozco que en un inicio me daba cosa debido a los borrones que
tengo de esos años en mi mente. Con el precalentamiento vía chat del evento,
los comentarios cariñosos de los compañeros, me fueron animando a abrir ese
“baúl de los recuerdos” que me daba miedo a priori. Al ir re encontrándome con
ellos, a parte de sonrisas de emoción y felicidad, encontré abrazos cálidos,
sinceros que sentí me acompañarían en esa experiencia de tocar los recuerdos
que no quería tocar, a superar los fantasmas que podía tener.
Agradezco
a los organizadores muy sinceramente por
los esfuerzos realizados para hacer de este re encuentro algo tan
especial para tantos de nosotros. Eva, Nieves, Dolors, Sandra, Marcel y Josep
María dudo que ningún terapeuta haya hecho nada parecido por tanta gente, con
tanta generosidad y un espíritu tan grande: gracias! A todos los demás que he
re encontrado ayer… un abrazo y hasta pronto; ha sido un autentico placer haber
compartido unas horas tan intensas, emocionantes y divertidas con vosotros y
haberme dado cuenta de la importancia que tenéis para mi.
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