POBREZA Y VIRTUD
Ante
todo quiero aclarar el concepto de virtud: aquí entiendo como virtud o bondad
en el sentido amplio de la palabra; es decir un defensor de lo que todos
entendemos como el “bien”, lo “bien hecho”,…
Aclarado
este punto, vamos al meollo del asunto. Este tema me asalta para compartir esta
reflexión con vosotros a raíz de una larga charla con un querido amigo en
relación a este asunto: la bondad y la relación de ésta con la riqueza o la
abundancia. De entrada nuestro camino para llegar a la misma conclusión fue muy
distinta. Yo iba por el camino desde el que mis principios liberales, fundados
en mi fe en el ser humano, me conducían, mientras que él, socialista histórico
venía por otro sendero bien distinto. Lo gracioso fue que ambos, no sé en qué
medida por nuestro afecto y permeabilidad a las palabras de un amigo, o por
convencimiento, llegamos a la misma conclusión: la relación no es entre las
pertenencias y la bondad, sino reside en la “virtud” del individuo.
Pero
para llegar a esta conclusión, hemos tenido que ir despejando varias incógnitas
que se nos han presentado en el camino. La más importante estaba ligada a
proporción de gente “corrupta” en los círculos de poder político y/o económico
frente a la “limpieza” que tenían personas lejanas del “poder”. Por otra parte
analizamos la “autoridad moral” que esgrime la izquierda frente a la derecha.
Cuando combinamos ambas ecuaciones, llegamos juntos a la conclusión.
Lógicamente quien no tiene acceso al dinero, no puede quedarse con él salvo que
lo robe con violencia o lo sustraiga con pericia. Por otra parte quien no puede
“poner a dedo” a nadie… no puede hacerlo! Pero no todos los que tienen acceso
al poder, sea cual sea su naturaleza, son corruptos; de igual forma que no
todos los que no lo tienen son todos “virtuosos”.
Por
eso vimos la importancia que toma en este tema la “virtud” que he venido a
llamar del individuo. Un hombre integro, sea cual sea su acceso al “poder”,
actuará en consecuencia (salvo excepciones de fuerza mayor). Posiblemente el
porcentaje de corruptos sea el mismo cualquiera que sea su “acceso al poder”:
los unos pueden salir en los medios por haber defraudado o cosas similares,
mientras que los otros simplemente desfilan anónimamente por los tribunales.
Cierto es que su acceso a la “justicia” no es el mismo, pero eso es otro tema
que no abordaremos aquí, pero lo cierto es que no creo que la virtud esté
ligada al “poder” o la “pobreza”.
Nuestra
conclusión fue, por si os sirve, “no es mas “virtuoso” quien no “peca”, pero si
el que teniendo acceso a las “tentaciones” no cae en ellas.
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