DI AL(O)GO
Este simplista juego de palabras entre “dialogo” y “di algo”
pretende ser una breve introducción a un simple texto sobre uno de los
principios de los gobiernos en democracia: “la libertad de pensar diferente y
la obligación de encontrar objetivos comunes para el bien del conjunto”.
A pesar de lo simplista de la exposición, su aplicación requiere
una gran destreza en el arte del dialogo y habilidad para llegar a acuerdos,
todo ello presidido con una enorme generosidad y un único objetivos: el bien
colectivo. Pero… ¿qué es el bien colectivo? Sencillamente es el equilibrio que
vaya a permitir a los individuos y las diversas organizaciones o comunidades en
los que están agrupados (comunidad de vecinos, club deportivo, empresas en las
que trabajan,…) tener un desarrollo sostenible económica, social y
medioambientalmente, para que tengan un marco en el que puedan hallar su
felicidad. Pero para ello, todos tendremos que esforzarnos y trabajar muy duro.
Resulta triste ver que nuestros doctos políticos se limitan a
posicionarse y tomar decisiones con objetivos muy mezquinos: sus intereses
personales y partidistas en aras a llegar al poder. Vemos a diario casos de
corrupción, de menor o mayor cuantía, en todos los partidos políticos. Todas
ellas reprobables y todas ellas marcadas por un mismo patrón… en cuanto llegan
a tener poder, hacen uso torticero e interesado del mismo. Esto desilusiona y
sobretodo quita cualquier referente moral y de servicio público a la política.
Desde las elecciones del 20 de diciembre hemos visto como unos se
erigían en “presidentes”, otros en “vicepresidentes” o quienes sin un mandato
legal o popular llegan a repartir carteras nombrando a presidentes o ministros.
Todos, en nombre de la democracia, las libertades y, lo mas grave, en nuestro
nombre, han elevado proclamas vacías en aras de desprestigiar al contrario. Lo
que parece no se dan cuenta es que dichas proclamas solo les desprestigian a
ellos y lo peor, erosionan nuestro sistema democrático que está por encima de
sus discursos vacíos de contenido, valores y que no ayudan ni a salir de la
situación en la que estamos, ni a superarnos como sociedad.
Después de cuatro largos meses, ni han llegado a acuerdos, ni nos
han solucionado los problemas y todo esto… invitados y pagados por nosotros.
Solo han sacado lo peor de cada casa buscando los trapos sucios del contrario y
construyendo muros de odio y resentimiento entre todos nosotros. Señores
políticos… ni esto es democracia, ni democrático, ni nos sirve como ciudadanos.
Necesitamos que DIGAN ALGO CONTRUCTIVO, que nos ayuden a salir de
esta crisis, a crear empleo (que los creamos desde las empresas), riqueza para
el país y bienestar para todos. DIALOGUEN pensando en nosotros no en ustedes,
pensando en el bien común del país. A ver que pasa en 26 de junio y a ver si estos
meses que nos faltan les hacen recapacitar y recuperar el norte. La verdad es
que, visto lo visto, no tengo mucha fe, pero la esperanza es lo último que se
pierde.
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