HORMIGAS QUE DEJAN HUELLAS DE ELEFANTES...

FOTO: worldraider.com

Desde pequeños nos hablan y enseñan, a través de la literatura, del cine o de historias “simplemente contadas” sobre las grandes hazañas de grandes héroes que han cambiado el mundo o el devenir los acontecimientos. Pero son pocas las ocasiones en las que nos paramos a pensar en esas personas que de forma más o menos sutil, han podido cambiar nuestras vidas.

Se trata de ese señor que, siendo un niño, te coge del brazo cuando vas a cruzar sin mirar y evita que te atropellen; ese señor del que vagamente recuerdas su cara, del que no tienes ni idea de su nombre o de cualquier otro detalle de su vida. Pero igual podemos hablar de esa maestra de gran vocación, presa del amor por su trabajo y por su sentido de la responsabilidad, te adentra en la pasión por la lectura, las matemáticas o la biología. Se trata de esas personas que, con pequeños gestos, nos ayudan en nuestra vida bien a salvarla en algunos casos, o a algo tan crucial como configurarla.

Cuando vamos cumpliendo años y a medida que charlamos con los amigos, vamos recordando anécdotas en las que vamos incluyendo, como guindas del pastel, a esas personas que en su momento no éramos capaces de evaluar el peso que iban a tener en nuestra existencia. Son personas que, con gestos sencillos y a menudo cotidianos, nos marcan y se nos van quedando de forma inconsciente en nuestra memoria. Personas importantes en nuestra existencia que, pese a no ser famosas, nunca se desvanecerán de nuestro recuerdo.

Hace pocas fechas, leyendo aquí en LinkedIN, un breve post de Rita Gasalla, vi la frase del título de estas líneas. Cierto es que su texto versaba sobre la motivación inversa que le produjo la frase “los hombres tienen memoria de elefante y las mujeres de hormiga”. No se cual es el verdadero significado que le quisieron dar en su día, pero lo cierto es que la hormiga es un insecto con una enorme capacidad social y organizativa a la que su memoria contribuye (no se si a nivel genético o bien por un proceso “intelectual” elaborado) a lo que es la organización social del colectivo. 

Aquí el punto positivo a favor de las mujeres es que son claramente mas organizadas que los hombres y que tienen una serie de valores que son los que han logrado que nuestra especie llegue hasta donde está; si hubiese dependido de los hombres, seguro que el resultado sería bastante mas mediocre. Pero no pretendo hablar de las bondades de mujeres u hombres. Lo que pretendo con este texto es invitaros a reflexionar y valorar a todas esas “hormigas que han dejado huellas de elefantes” en vuestras vidas y que la próxima hormiga que se os cruce la podáis ver y disfrutar con otros ojos. 

Gracias Rita Gasalla por haberme despertado esta inquietud y a Susana Foronda por compartirla y permitirme disfrutar tu reflexión.