CHANGE THE WOLRD
No sé tú, apreciado
lector, pero yo estoy cansado de oír que “no se puede cambiar” y me da igual
que sea un hábito, un proveedor, o cualquier otra cosa. Lo de la resistencia al
cambio está omnipresente en nuestras vidas. Además podemos decir que esta
actitud es de lo más democrática ya que habita entre hombres, mujeres, personas
de derechas, izquierdas, altos, bajos, gordos, flacos…
Pero no tiene porqué ser
así y de hecho no lo es. Todos tenemos en nuestra memoria profesores que nos
han ayudado a hacer “pequeños cambios en nuestras vidas” que nos han hecho amar
la lectura o divertirnos con matemáticas. Todos tenemos amigos o parientes que
nos han hecho dejar de fumar o dejar de mordernos las uñas. Pero lo más
importante es que todos hemos contribuido y lo hacemos permanentemente en pequeños
grandes cambios, en pequeñas o grandes heroicidades.
Lo más maravilloso del mundo es esa gran
capacidad de provocar pequeños cambios que contribuyen a cambiar el mundo o por
lo menos algo, por pequeño que sea. Lo que me duele es esa manía que tenemos
por ocultar o minimizar esa capacidad; todos podemos hacer que las cosas
cambien y no olvidemos que cualquier movimiento empieza por el primer paso, un
primer paso que nunca sabemos a dónde nos va a conducir. Lo único que
necesitamos es la valentía para dar ese primer paso, la valentía por iniciar un
viaje del que desconocemos el destino final.
Nuestra obligación es
intentarlo y nuestro compromiso es hacerlo. Compromiso con nuestras familias,
con nuestras empresas, amigos,… con nosotros mismos. Tenemos que lograr superar
el miedo escénico al cambio y la mejor manera es la de valorar los cambios que
ya hemos realizado y así explorar los que podemos conseguir.
Toda la razón amigo Jorge,...
ResponderEliminarComo reflexión la semana pasada oí que la resistencia al cambio es imprescindible para que este se dé,... Por lo tanto forma parte de él,...
;-) un abrazo!